En la madrugada del domingo, individuos armados irrumpieron en la vivienda de la fiscal de Corte, Mónica Ferrero, en Jacinto Vera. Una vez dentro, arrojaron una granada que, tras rebotar en un muro, explotó en el patio, y luego efectuaron varios disparos antes de huir en una camioneta. La fiscal se encontraba adentro, pero no sufrió lesiones.
Unas horas más tarde, la Policía capturó a un hombre y una mujer como principales sospechosos. Ambos estarían vinculados a la organización criminal Los Albín, subordinada a Sebastián Marset. La línea de investigación sugiere que el atentado se relaciona con la reciente incautación de 2,2 toneladas de cocaína en un operativo de agosto, un cargamento que en Europa podría alcanzar los 60 millones de dólares.
El ministro del Interior, Carlos Negro, afirmó que están “preocupados pero, sobre todo, ocupados” tras el ataque contra la fiscal Mónica Ferrero en su vivienda. Señaló que estuvo en contacto con el presidente Yamandú Orsi y con la propia fiscal, y remarcó: “No nos moverán ni un centímetro y van a caer. Ya cayeron dos y no serán los únicos ni los últimos en caer”.
Desde todas las fuerzas políticas llegaron mensajes de condena al atentado y manifestaron su respaldo a la fiscal.